Y este el folleto al que hace referencia:
En realidad no se trata de una novedad: la Farmacia Rialto de Madrid lleva ya mucho tiempo haciendo esas mismas advertencias desde su página web. Pero para mucha gente constituye una auténtica sorpresa, porque estamos acostumbrados justamente a lo contrario, y la triste realidad es que la gran mayoría de las farmacias sí que venden productos homeopáticos.
En unos casos, probablemente pocos, lo hacen por convicción:
A otros no les importa admitir que lo hacen por las razones que expone estupendamente esta viñeta de La pulga snob:
Pero muchos se aferran a su obligación legal. Como dicen ellos, la ley les obliga a vender todo tipo de medicamentos, estén o no de acuerdo con su utilidad, así que desde el momento en que sean legales tienen que vender productos homeopáticos. Y en principio hay que darles la razón: como dice el apartado 1 del artículo 2 de la Ley 29/2006, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios,
Los laboratorios farmacéuticos, almacenes mayoristas, importadores, oficinas de farmacia, servicios de farmacia de hospitales, centros de salud y demás estructuras de atención a la salud están obligados a suministrar o a dispensar los medicamentos y productos sanitarios que se les soliciten en las condiciones legal y reglamentariamente establecidas.
De modo que, en efecto, los farmacéuticos están obligados a vender toda clase de medicamentos... siempre y cuando cumplan las condiciones legal y reglamentariamente establecidas, claro está.
Lo que ocurre es que esas condiciones empiezan con la que establece el artículo 9.1 de la misma Ley:
Ningún medicamento elaborado industrialmente podrá ser puesto en el mercado sin la previa autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios e inscripción en el Registro de Medicamentos o sin haber obtenido la autorización de conformidad con lo dispuesto en las normas europeas que establecen los procedimientos comunitarios para la autorización y control de los medicamentos de uso humano y veterinario y que regula la Agencia Europea de Medicamentos.
Quizá a los lectores habituales de este blog les venga a la cabeza cierta entrada al leer esto. Y es que, como destacaron en su día las noticias, en la actualidad solo hay doce productos homeopáticos que cuenten con esa previa e imprescindible autorización. Ni uno menos, ni uno más. De modo que, en todo caso, los farmacéuticos que se excusan diciendo que la ley les obliga a vender "medicamentos" homeopáticos, tendrían que limitar sus expositores a esa docena justa de productos. Y digo "tendrían" y no "tendrán" porque de momento, según indica la base de datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, ninguno de esos potingues se encuentra a la venta:
Pero, ¿y los demás? Pues según. En algunos casos la industria se ha limitado a colar sus productos en el mercado, aprovechando que la Agencia de Medicamentos hace la vista gorda con este tipo de mejunjes y los farmacéuticos (salvo muy honrosas excepciones) no parecen tener demasiados escrúpulos a la hora de venderlos. En otros, en cambio, se acogen a una anómala prórroga de comercialización que se estableció en 1994, coincidiendo con la entrada en vigor del Real Decreto 2208/1994, que intentaba regular ese sector del mercado. El problema es que, como comenté en otro lugar, con arreglo a la normativa entonces vigente esa prórroga quedó sin efecto el 29 de febrero de 1996, fecha a partir de la cual los productos homeopáticos quedaron automáticamente en la clandestinidad. Tolerada, pero clandestinidad.
De modo que, volviendo a esos farmacéuticos que se creen obligados a vender productos homeopáticos: de eso nada. Salvo el caso de esas doce presentaciones del "Lycopodium" (si es que realmente llegan a ponerse a la venta), el resto de productos ni cuentan con la imprescindible autorización, ni tienen código nacional, ni gaitas. Y, por lo tanto, la ley no les obliga a venderlos.
Y, por el contrario, su Código Deontológico, su formación y, sobre todo, su honradez, como la que demuestra la Farmacia Rialto, les obliga a no venderlos.
Gracias por tu referencia Fernando. Esperamos que esto sea la semilla de algo más grande y consigamos quitar la máscara de oficialidad que dan el Ministerio de Sanidad, nuestros legisladores y los representantes profesionales (Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Médicos, Veterinarios...).
ResponderEliminarMuchos profesionales la recomiendan y los ususarios la utilizan amparados por ellos. Es un principio de autoridad y economía que rige en el comportamiento de todos los humanos.
Saludos y adelante.
Suso Fernández
Farmacia Rialto
Madrid