La Universidad Camilo José Cela, la Universidad de Girona y la homeopatía spagyrica

Es curioso que, a pesar del poco recato con el que la Universidad Camilo José Cela anunciaba -y sigue anunciando- un completo catálogo de cursos pseudocientíficos, nos hayamos tenido que enterar de este por la prensa. Se trata nada menos que del III Máster en Homeopatía Spagyrica-Medicina Tradicional de Occidente, que según la noticia está organizado al alimón por la UCJC y la Escola Universitaria de la Salut i l'Esport de la Universidad de Girona. Universidad y centro que, por cierto, tampoco dicen ni palabra sobre el tema en sus webs.

Para buscar información sobre el curso hay que acudir a un curioso tercero en discordia, el denominado Instituto Asclepios, que en cambio no se corta un pelo y nos anuncia la noticia en la portada de su web

Y con más detalle en su interior, atribuyéndose el dudoso mérito de organizar el curso en colaboración con la UCJC y la Fundación Cognitia.

¿Se han perdido ya? Pues esperen, que aún hay más.


¿Qué es eso de la "homeopatía spagyrica"? Pues buena pregunta. Para intentar responderla habría que ir a otra web más, la de los laboratorios Heliosar Spagyrica, que tras saludarnos con un "banner" adecuadamente acuático

y explicarnos que se trata de un laboratorio fabricante de medicamentos remedios homeopáticos, nos ofrece una explicación tan completa de lo que es la "homeopatía spagyrica" que, a pesar de que las propiedades alucinógenas del agua destilada (por muy "dinamizada" que esté) son nulas, varios amigos médicos que le han echado un vistazo están aún alucinando en colores. Digamos, para resumir, que viene a ser una variante de la homeopatía en la que a las creencias infundadas de Hahnemann se han añadido abundantes dosis de lenguaje místico más o menos inspirado en las doctrinas de Paracelso. Y fotos de colorines.

Lean, por ejemplo, esta bonita manera de no decir realmente nada:

La HomeoSpagyria, recurriendo a un lenguaje y a una terminología acordes al hombre del siglo XXI, retoma de los antiguos spagyristas la analogía entre el comportamiento vital del individuo (microcosmos) y el de su entorno natural (macrocosmos). De este modo, las situaciones reactivas de cada persona son comparadas con los distintos niveles de observación de la naturaleza para establecer un diagnóstico y orientar el tratamiento correspondiente, atendiendo siempre a los veintiséis Cuadros Reaccionales codificados por esta corriente en función de cuatro pautas de análisis del individuo:

• Metabolismo: Tres Principios.
• Tipología orgánica: Cuatro Complexiones.
• Pautas comportamentales e integración congnitiva: Siete Actividades Vitales.
• Adecuación a ritmos y ciclos: Doce Expresiones Biológicas.

La Homeopatía Spagyrica, en consecuencia, propone el restablecimiento de la armonía perdida entre los Principios, las Complexiones, las Actividades Vitales y las Expresiones Biológicas, recurriendo para ello a protocolos de estimulación de los aspectos bloqueados a partir de medicamentos reguladores de las funciones implicadas.

Y ahora, si es usted uno de esos creyentes en la homeopatía que está deseando llegar al formulario de comentarios para decirnos que no tenemos ni idea (sí la tenemos) y todas esas cosas, puede hacerlo directamente. Pero si de lo que va a despotricar es de que nuestras críticas a su creencia se basan en que la ciencia oficial está vendida a los intereses de las empresas farmacéuticas, quédese un poquito más.

Como decíamos más arriba, Heliosar Spagyrica es un laboratorio, una empresa dedicada a la fabricación de productos que, si bien desde un punto de vista científico no son medicamentos, se presentan como tales. De hecho, el laboratorio figura correctamente registrado como tal ante la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Y también es de lo más ortodoxo en sus prácticas empresariales, al menos las propias de su sector: como cualquier otro laboratorio homeopático que se precie, a pesar de tener en catálogo nada menos que cuarenta productos, una nueva consulta a la Agencia de Medicamentos nos descubre que no tiene autorización para vender ni uno solo de ellos.

Vale, dirán ustedes, ni Heliosar Spagyrica cumple las leyes ni la Agencia de Medicamentos se molesta en hacerlas cumplir, pero ¿qué tiene que ver esto con el curso?

El curso, recordemos, cuenta con el aval de las Universidades Camilo José Cela y de Girona, pero quien realmente lo imparte es el Instituto Asclepios. Instituto que en principio parece no tener nada que ver con Heliosar Spagyrica,  hasta que se nos ocurre rascar un poquito. Por ejemplo mediante la herramienta Who Is, que arroja unos resultados muy curiosos:

Claro que no hace falta ir tan lejos. Si nos fijamos en las respectivas web veremos que entre los responsables de Heliosar Spagyrica

y los del Instituto Asclepios

hay una coincidencia bastante notable. Tan notable como la que hay entre ellos y la dirección del Máster:

Por supuesto, en cualquier otro caso no faltarían voces asegurando que la industria, a través de un instituto de formación, se ha aliado con la Universidad para hacerse propaganda bajo la apariencia de una actividad docente. Pero claro, en este caso, y hablando de lo que hablamos, seguro que esos acérrimos creyentes en la maldad de la industria y la ciencia "oficiales" buscarán alguna interpretación alternativa, algo así como lo de Heliosar Spagyrica en el papel de representante de la industria (pero la bondadosa y benéfica, claro), el Instituto Asclepios como instituto formativo y las Universidades Camilo José Cela y de Girona como representantes de la, en este caso, pseudociencia oficial, es una pura casualidad, algo así como el resultado de una confluencia de tendencias energéticas reactivas y ralentizantes en un sustrato tanto físico-orgánico como psíquico-mental de carácter holístico, integral y sinérgico. Y cuántico, claro.

Y no sigo porque la Universidad Camilo José Cela y la de Girona, en vista del criterio tan riguroso con el que seleccionan sus cursos y sus compañeros de cama, son capaces de copiarme la idea y organizar otro Máster para el año que viene. ¿Verdad?