La verdad, eso del espiritismo suena a cosa añeja y viejuna. Así que no resulta del todo incoherente que sean los responsables del Máster Universitario en Gerontología Social de la Universidad de Jaén los que hayan programado esta cosa:
Eso de los "estados modificados de conciencia" no tiene que ver con lo que le pasa a uno tras ingerir una sustancia estupefaciente o psicotrópica (o a lo mejor sí), sino a cosas como esta:
El Espiritismo nos demuestra que cualquier agente externo que induzca a un estado alterado de conciencia (mediumnidad) -y no a un estado de conciencia alterada (enfermedad)- , produce la conciencia de la comunicabilidad con el mundo espiritual a tenor con las ondas vibratorias en las que nos movamos, permitiendo así a acceder a esa información espiritual desde la propia vivencia [fuente: pdf].
De modo que, como pueden ver, la Universidad de Jaén va a albergar ni más ni menos que un acto de propaganda del espiritismo (y de hecho organizado en colaboración con el Centro Giennense de Estudios Espiritas), a cargo de un personaje cuyos méritos, además de los enumerados en el cartel, incluyen los de ser, como dice la invitación al acto,
Miembro de la “Parapsychological Association” (USA), y de la “Asociación Iberoamericana de Parapsicología”.
Parece que la Universidad de Jaén se ha contagiado de su propia radio, que proclama que
La radio universitaria, credencial explícita de una Universidad de calidad, ha de ser entendida como servicio público, plataforma de información, foro de expresión, dinamización de inquietudes artísticas, además de iniciativas culturales que persiguen el espejeo del potencial creativo, la divulgación científica, el fomento de la igualdad y la ayuda o integración social en el seno de la comunidad universitaria, garantizando, además, la retroalimentación entre la institución docente y la sociedad.
Y sin embargo mantiene en su programación un espacio dedicado a los misterios de pacotilla y el periodismo paranormal de saldo. Por suerte, además de ser "la tierra del ronquío" Jaén es la tierra del sentido común, y esperamos sinceramente que ese sentido común se imponga y la Universidad deje de lado estas tonterías que solo sirven para desprestigiar a la institución.